¿Cuál es el personaje con el que más te identificas?

martes, 29 de mayo de 2012

· Capítulo 2: Despedidas. [Primera parte.]

   
   
   
   Capítulo 2: Despedidas.
   
  Abby Nouva.


   No pude dormir, me era imposible. Mi mente jugaba y imaginaba con demasiada facilidad todo lo que mi abuela, Violetta Nouva, diría al verme.
  
   ¿Hábría cariño en su mirada? ¿Abrazos? ¿Qué pensaría al verme?
  
   Yo, al menos, la recordaba rebosante de ternura. Comparía con ella los mejores momentos de mi vida. Era, de la forma más literal posible, la persona más querida de mi familia. Quizás, incluso, la única.
  
   Me quedé sentada en el ventanal de la segunda habitación hasta mucho después de la partida de Ron. Los primeros momentos estuve pensando en él, pero después el nerviosismo por anticipar lo que ocurriría al día siguiente ganó mi preocupación. Después, por puro aburrimiento, me puse a dibujar con tan solo los rayos de luz de la Luna para ver. Pero, ahora, era el sol el que iluminaba mi dibujo.
  
   Tardé un poco en darme cuenta de que había hecho un gran boceto de los ojos de mi abuela. Lo que más resaltaba de todo el conjunto era el lila del iris tan brillante como las estrellas mostraba al anochecer.
  
   Salí de allí sin dormir un solo minuto en toda la noche y me puse a hacer las maletas, pensando en la jornada escolar que me perdería por aquel viaje. Aunque tenía que reconocerlo: Prefería aquel viaje, con creces, a perder dos semanas de clase. Pediría a Alexandrah los apuntes de clase, y me pondría ha estudiar en cuanto regresara.
     
   Una piedra aterrizó en mitad del pasillo, justo entre mi segundo habitación, y mi habitación oficial, en la que yo estaba. Dos segundos después ya estaba asomada en el ventanal, con una sonrisa de oreja a oreja.
   
   Ron, su hermana Nïrell y Alexandrah me esperaban abajo, cargados con sus mochilas escolares.
   
   --- Pensé en traerlas después de la escuela, pero me estaban bombardeando a preguntas de tal manera que... ---Ron, con un rostro irónico, se encongió los hombros con las manos metidas en los bolsillos.
   
   --- ¿Se lo has contado? .--- No pude evitar preguntar.
   
   --- ¡PUES CLARO!--- Respondieron Alex y Nïrell a la vez, agarradas de las manos como si estuvieran enfermas. Puse los ojos en blanco.
   
   --- Puedes bajar, ¿No? --- Pregunyó Alex, subiéndose las gafas por el puente de la nariz con la mano libre.
   
   ---ASDASDASD ¡CLARO! --- Contesté, riéndome.
   
   No habían pasado dos instantes cuando abrí la puerta principal, ya en la planta baja. Automáticamente las tuve a las dos encima.
   
   Los brazos delgados de Nïrell rodeaban mi cintura, mientras escondía el rostro en mi pecho, tapado por su mata de rizos grandes y pelirrojos.
  
    Alex, por otro lado, nos abrazaba a las dos y mantenía su rostro en la curva de mi cuello.
   
   Las dos parecían a punto de llorar, y eso lo hacía todo aún más difícil.
   
   --- Oye.. que no es para tanto. Son como mucho dos semanas..
  
    --- ¡Y un comino! --- Me cortó Nïrell, con su vocecilla tapada por mis brazos. --- Ron nos dijo que no sabías cuando ibas a llegar.
   
   Miré con el ceño fruncido a Ron, que seguía tan tranquilo apoyado en su coche, con los brazos cruzados. Se encogió de hombros como única respuesta. Después, murmuró:
  
   --- ¿Porqué no decírselo? Se preocupan por tí. --- Bajó la mirada automáticamente, ante mi mirada de interrogación.
  
   --- No sé lo que le pasa, lleva así toda la mañana.. --- Me susurró Nïrell al oído.

    --- Ni siquiera se ha metido con nosotras.. --- Siguió Alexandrah, separándose un poco de mí. Conócía mi límite de abrazos y 'cariñitos', al menos. Ahora mi mente estaba en Ron.
   
   Después de que me preguntaran ínfimas cosas casi sin relevancia, y de que Ron permaneciera quieto con la mirada perdida, al final dijo:
   
   --- Oíd, queda poco para que empiecen las clases. ¿Os queréis saltar la primera o queréis volver? --- Su tono irónico era tan palpable que se podía cortar con un cuchillo.
   
   Las dos lo miraron malhumoradas, mientras permanecían agarradas a mí.
   
   Nïrell sonrió y me dió un suave beso en la mejilla y un último gran achuchón.
   
   --- Me tienes que hacer ese dibujo que te pedí..
   
   --- Claro, claro.--- Contesté. Después, me soltó por primera vez en todo el rato en que hablamos.
  
   Alex se acercó y me abrazó por la cintura.
   
   --- Pequeña luciérnaga.. Me tienes que escribir cartas toooodos los días.
  
    --- Y tu me tienes que coger los apuntes de las clases. --- Contesté, sonriendo.
  
    Ella se echó a reir. Me dió otro beso en la mejilla, y se fué, seguida de Nïrell, hasta el coche.
   
   Ron, que estaba aún en la misma posición relajada que antes, me miró por primera vez desde que le hablé.
   
   No habló. Y después de un interminable silencio incómodo, murmuré:
      
   --- ¿Está empezando a hacer frío, no?
   
   Lo que dije pareció hacerle gracia, porque sonrió y se acercó a mí con paso lento.
   
   Puso una mano en mi mejilla.
   
   ---¿Estás nerviosa? --- Susurró, acariciándo la piel de mi rostro.
   
   Bajé la mirada, sintiendo como mi cuerpo subía de temperatura.
   
   --- ¿Por qué? --- Contesté.
   
   ---Por que cuando no sabes qué decir, haces la primera pregunta que se te pasa por la cabeza. --- Sonrió.
   
   --- Pero de verdad hace frío.. --- Susurré, sintiendo como un suave viento gélido surcaba todo el jardín.
  
    Ron se encogió de hombros y me rodeó la cintura con sus brazos, apretando de tal manera que me obligaba apoyarme a él.
   
   En mi cabeza se encendió el interruptor de 'Demasiado cerca'. Bajé la mirada, y me devané los sesos en busca de un tema en el que hablar.
   
   --- Tu chaqueta..
   
   --- Quédatela. Hace frío. -- Dijo, de forma irónica. --- Tú, luciérnaga..

   --- ¿Qué? -- Susurré, alzando la mirada.
  
   --- ¿Me prometes que te cuidarás cuando yo no esté a tu lado?
  
   Fruncí el ceño, con el rostro pegado a su camisa. 
   
   --- ¿Porqué lo dices de esa for..?

   --- Tú sólo contesta.--- Me cortó.
  
   Puse los ojos en blanco, y sonreí de medio lado.
  
   --- Sé que nunca faltarás, no tengo porqué preocuparme por eso.
  
   Su rostro se tensó por un momento. 
   Después, sonrió de medio lado y mi dio un beso en la frente.

   Y sin decir nada más, me dió un último achuchón, dio media vuelta, y se metió en el coche con su hermana, y con Alex. 
   
   Me quedé ahí parada, mirando como el coche oscuro se perdía por el sinuoso camino que tenía que recorrer para llegar de la ciudad hasta mi casa. Y cuando ya se hubo ido, me quedé mirando el lugar por donde me había dejado. 
   
   Entonces el frío y el viento que había estado todo el rato a nuestro alrededor cesó, y las sombras volvieron a hacer acto de presencia para llenarlo todo de oscuridad y de ese olor pútrido que siempre las acompañaba. 
   
   Sabía que tenía que entrar en casa antes de que se acercaran demasiado a mí, pero yo no podía moverme. Estaba ahí, mirando el lugar por donde Ron se había ido. 
   
   No se porqué, pero tenía una mala, muy mala sensación. 
   
   

sábado, 26 de mayo de 2012

· Capítulo 1: ¡Buenas noticias!.. ¿O no? [Segunda parte]

 
   
   [ HIM - The funeral of hearts.]

   
   
   Ya era la hora.     
   
   Con el pijama puesto, el pelo cobrizo y húmedo por la ducha y la boca con sabor a dentífrico, intentaba por todos los medios parecer normal ante los ojos mis padres.
   
   Pensé en lo que me acababan de decir mis padres, intentando esconder una sonrisa que no podía esconder.
   
      Mi abuela.. ¿Cómo estaría? ¿Me recordaría? ¿Recordaría todo lo que me enseñó en aquel bosque? Una mezcla de cariño, tristeza y añoranza se mezclaban, a la vez, con la enorme alegría que crecía por momentos en mí. Una alegría que, como solía pasar con todo lo relacionado con mi abuela, ahuyentaba de manera muy eficiente a las sombras.
   
   Terminé de secar el último vaso, me sequé mis propias manos y, aún descalza y con el pelo un tanto húmedo después de la ducha, me dirigí al salón aún con aquella sonrisa persistente.
   
   Allí, sentados los dos muy juntos en el sofá y con la vista clavada en un programa de la televisión, estaba mi padre, Thomas. Mi madre, en cambio, estaba leyendo un libro, apoyada parcialmente en su cuerpo.
   
   ---Buenas noches.. --- Sususrré, en un hilo de voz apenas audible por encima de la televisión.
   
   ---Buenas noches, cariño. --- Respondió mi madre, correspondiendo a mi enorme sonrisa. --- Prepara las cosas para mañana.
   
   --- Saldremos temprano. --- Avisó mi padre, sin dejar de mirar aquel programa.
  
   No parecían sospechar nada. Aún tenía en mente la 'cita' con Ron, igual que la nota aún descansaba en el bolsillo trasero. 
   
   Subí las escaleras lentamente y, en vez de girar a la derecha en el pequeño pasillo hacia mi habitación, giré a la izquierda y entré en mi llamada 'segunda habitación'.
  
    El porqué de que fuera mi 'segunda habitación', era casi evidente. No había muchos muebles. Tan solo un poco ladeada del centro de la habitación, una cama cubierta de una fina capa de plástico blancuzco. A su alrededor, formando bastantes grupos, había cubos y cubos de pintura de montones de colores, rodeados a su vez de papel arrugado con ideas desechadas. Había, en el suelo, bocetos de ilustraciones hechas a mano, lápices tirados de forma desordenada, pequeños botecitos de óleo, pinceles de tamaños diversos. Y, justo delante del gran ventanal que había en el centro de la pared más grande, el delantal y la gorra de mi padre que antaño fue blanco, pero que ahora era una mezcla extraña de colores enmarañados distribuidos al azar. 
   
   Y tampoco era difícil descubrir el porqué de que Ron llamara a esta sala 'La habitación Arcoiris'. Todas y cada una de las superficies de esta sala estaban pintadas: La pared del fondo, la que estaba perpendicular a la puerta, tenía plasmado una bonita ilustración de una playa al atardecer. Pero, a decir verdad, esa era una de las pocas cosas que se podían distinguir en aquella sala. Todos los demás dibujos estaban superpuestos y combinados que no se sabía dónde empezaba uno y dónde terminaba otro. Pero, de alguna forma, todos conseguían complementarse y quedar de una forma bella y iluminada.
   
   Ahora, a en la noche, sólo se podía distinguir retrazos de las paredes a la luz de la Luna, pero todo había quedado en una inquietante oscuridad. Pero esa oscuridad no llegó a convertirse en una sombra dañina. Tan solo era oscuridad. Por primera vez en lo que le pareció una eternidad, pudo entrar en aquella habitación en la noche y no sentir una terrible claustrofobia.
  
   --- Has tardado.. --- Murmuró una voz, desde la cama.
  
   Apoyado en el suelo y semioculto tras un par de botes de pintura, Ron me lanzó su sonrisa característica y deslumbrante antes de levantarse y abrazarme. Ese simple gesto consiguió sacarme una risa, haciendo que toda la habitación quedara un poco más iluminada. Pero de eso Ron no se dió cuenta, ya que él no sabía mi secreto.
   
   Antes de que pudiera contestar, ya me había tirado del pelo hasta hacer que le diera un pellizco en el brazo.
  
   --- El pelo húmedo te hace parecer un gato recién bañado.
   
   --- ¿Qué estupidez es esa? --- Dije, con el ceño fruncido de nuevo. Me alejé de él tan rápido como pude. Tan pronto como me subía el ánimo conseguía bajarmelo. Me acercé al ventanal con los brazos cruzados y me senté en el balcón, con las piernas asomando por la fachada. Media sonrisa se dibujó en mi rostro al imaginar la cara que se le quedaría a mi madre si se le ocurría salir y verme en esa posición.

    Ron se acercó y se apoyó en el marco de la ventana, a mis espaldas.
   
   --- No vengo a discutir contigo, por mucho que me gustara. --- Dijo, en un tono bajo. Aquel cambio le hacía parecer más serio, menos informal. Más preocupado.
   
   --- ¿Vienes a castigar a mis padres por no dejar verme? --- Pregunté con ironía, subiendo la mirada hasta su rosto. Estaba sonriendo.
  
    --- No. Pero casi estuve a punto de hacerlo. ¿Qué pasó esta tarde?
   
   --- Me dieron una noticia. Una muy buena noticia.
   
   Captó el timbre ilusionado de mi voz. Se sentó a mi lado, aunque levemente orientado hacia mí, y apagó el mp3 que aparentemente estaba funcionando.
   
   --- Te escucho.
   
   --- No hay mucho que contar y no creo que te vaya a molestar mucho.. -- Susurré, abrazándome las rodillas. La idea de lo que se avecinaba mañana era tan increíble que no podía contener los nervios.--- Aunque ahora que lo pienso, quizás a tu hermana sí que le apene un poco.
  
    --- Sigue. -- Se limitó a contestar. 
   
   --- Mañana voy a ir de viaje a la finca de mi abuela. Y parece que me voy a quedar ahí un poco más de un simple fin de semana..
   
   Lancé una mirada a Ron, que tenía la vista clavada en los árboles del parque que había frente a nosotros. Antes de que pudiera responder, un suave brisa helada entró a la sala por el ventanal, y rozó nuestros cuerpos. Mi piel aún húmeda por la ducha reaccionó al instante, haciéndo que un ligero estremecimiento recorriera mi columna. La pesada chaqueta oscura de Ron cayó sobre mis hombros.
   
   --- ¿Porqué no me explicas eso? --- Dijo, ahora él con los brazos desnudos, y con de nuevo la sonrisa en los labios.
  
    --- Eeeh.. No lo sé. Hacía bastante tiempo que no sabía de mi abuela, mis padres no quería ni hablar de ella.
  
    --- Esa abuela no será..
   
   --- Si, es Violetta. --- Le corté, sin poder soltar una pequeña risista de puro nerviosismo, arrebujada entre la tela de la chaqueta de Ron. Moví mis pies descalzos en el aire, rememorando algunos de los mejores momentos que había pasado con ella.
   
   Después de unos segundos de silencio, Ron silvó.
   
   --- Vaaaaaaaya.. ¿Y pensabas irte sin despedirte?
  
    --- ¡OH, DIOS! ¡ALEXANDRAH, TU HERMANA!. ¿QUÉ HARÉ CON ELLAS?!
   
   --- Shhh, shhh, que tus padres pueden pillarnos. Las traeré a las dos a primera hora para despedirte, ¿vale? No te preocupes cuando estás así de feliz, es muy raro verte así.
   
   --- ¿A que sí? --- Dije, sonriendo aún más ampliamente.
   
   Eso pareció hacerle mucha gracia, ya que se echó a reir.
   
   Sin previo aviso, se encaramó con una mano a la celosía que había junto a el ventanal, con la otra, acercó mi mejilla a su cara. Plantó un beso allí, como si nada, y bajó en completo silencio.
   
   --- Nos vemos mañana.. --- Susurró, ya en el suelo.
   
   --- Eeeh.. claro. Mañana. --- Contesté. Aún sentía las mejillas rojas por el beso.
   
   Algo que vió pareció hacerle sonreir de una manera tan dulce como nunca le había visto sonreir. Después, señaló sus hombros, y después me señaló a mí.
   
   Tardé un poco en comprenderlo. La chaqueta. Me la empecé a quitar cuando ví que agitaba la cabeza. Sonrió de nuevo, y se subió al coche negro en un absoluto silencio, como siempre.

     Pasó el tiempo y aún no quería irme de allí. Ya no era por nerviosismo, por exceso de felicidad, o por que no estuviera cansada por irme a dormir. Lo que me rondaba la cabeza era una extraña idea: ¿Había sido mi propia imaginación, o a Ron aquella noticia no le había sentado tan bien como esperaba?
   
   
  

lunes, 21 de mayo de 2012

· Capítulo 1 : Buenas noticias.. ¿O no?

   

  Capítulo 1: Buenas noticias.. ¿O no?


   
   [ HIM - The funeral of hearts. ]
   [Yiruma - Rivers flows in you.]
   
  Hundí la brocha en el azul cielo que había en el cubo, mientras fruncía el ceño con todas mis fuerzas. Por más que quisiera arreglarlo y mostrarme tal y como mis padres querían, no podía ocultarlo. Me acababan de quitar la poca luz de que me quedaba en estos días tan oscuros.. Alexandra. ¿¡Cómo se atrevían?! ¡¿Qué había hecho yo para tener que soportar semejante dolor?! Cerré con fuerza los ojos y me concentré en mover la pintura dentro del bote blanco, ignorando a las sobras que se arremolinaban a dos metros escasos de mí, tras la cama.
     
   Llevaba metida dentro de mi 'segunda habitación' la friolera de 4 horas, desde que me enteré de la noticia: Hoy no podría recibir ninguna visita. Ni de Alex, ni de Ron, ni de Nïrell. 'Sola', había sido la palabra exacta que había utilizado mi padre para, Thomas Nouva, para acallar las quejas que se formaban en mi boca. 
   
   Sola. En la oscuridad. Por muchas pastillas que consiguieran meterme en el cuerpo sin causarme un coma, no podrían nunca hacerlas desaparecer. No lo hacían. Yo ya sabía eso de sobra, pero ellos no querían hacerme caso.
   
   Y, para colmo, los malos sentimientos las hacían acrecentar.. Sólo podía esperar. Esperar y calmar mi mal humor hasta que mi madre viniera. Solo eso, solo quedaban unos minutos.
  
     El motor de un coche.
  
     Abrí al momento los ojos y me asomé por la ventana, por la cual entraba un pequeño atisbo del atardecer, pero tapado por el denso follaje de los árboles del parque municipal. Teníamos la suerte (o la desgracia) de tener un bonito jardín comunitario de la ciudad hecho delante de nuestra casa.. 
   
   Pero eso no era lo que me interesaba ahora. Ahora, lo que me interesaba, era aquel coche que se acercaba con paso lento ha la curva de nuestra calle. Oscuro, la misma matrícula. Ron.
   
   Con una sonrisa enorme en los labios, la sombras retrocedieron varios centímetros contra la pared, y me dejaron paso libre para salir de aquella habitación en todo el día.
    
   Llegué justo a tiempo para oir el timbre. Mi padre ya estaba de camino a la entrada, seguramente pensando que era mi madre. Ron tendría que ingeniarselas bastante bien para que lo dejara entrar, y mi padre tendría que darle bastantes explicaciones para que lo dejara contento.
   
   ¿Explicaciones?
   
   Decidí quedarme al pie de las escaleras, escondida de la vista de mi padre tras un pequeño muro de color crema que iniciaba el pasillo. Necesitaba porqués, y Ron seguro que podía sonsacarle algunos a mi padre.
   
      Mi padre la puerta con un gran ímpetu. Pude ver como su sonrisa desaparecía al ver que el pelo greñudo y pelirrojo de Ron no era precisamente el de mi madre. Aguanté una pequeña risa.
    
   --- Buenos días, señor Nouva. --- La sonrisa de Ron, en cambio, era deslumbrante. 
   
   De no ser por su apariencia 'poco seria' y por aquellos tatuajes que tenía por el cuello, la espalda, y los brazos, sería bastante aceptable para el gusto de mi madre. Pero yo no era mi madre. Y de todas formas, no estaba interesada en nada romántico en él. 
   
   Aunque no puedo negar que es bastante bueno espantando a las sombras.. 
    
   --- Buenos días, Ron. Supongo que querrás ver a Abelle.. --- Comenzó mi padre, con voz ronca y los ojos claros clavados en los oscuros de Ron.
    
   ---Si no es molestia..
    
   ---Si, si es molestia.--- Le cortó escuetamente mi padre. Ron frunció el ceño. Hasta a mí, la hija predilecta, me parecía un poco bruco.--- Hoy Abelle no podrá recibir visitas. Por motivos personales, nada que te impor..
    
   ---¿Se encuentra mal? --- Esta vez, fué Ron el que lo cortó. Alzó la mirada hasta donde estaba mi habitación, en el pasillo de las escaleras.
   
   De camino se encontró con mi mirada, y el brillo de preocupación en sus ojos desapareció, para dejar algo parecido a la guasa. Sonreí, encongiéndome de hombros, y el alzó un poco la comisura de los labios.
    
   ---No. Es solo un asunto familiar. No te preocupes, Ron, le diré que has venido. --- Siguió mi padre, sin darse cuenta de nada.
   
   --- Eeeh.. No, no hace falta que le diga nada. --- Volvió a sonreir, cogiéndo uno de los cascos oscuros que le colgaban del cuello de la camisa y poniéndoselos en un oído. Al segundo, pude oír como una guitarra electrica salía con bastantes decibelios de aparato que no estaba pegado a su oreja.--- Si usted me dice que está bien me contento.. ¡Buenas noches!
   
   Subió la mirada al decir la despedida y yo sonreí como respuesta. Después desapareció tras la puerta. 
   
   Al parecer no había necesitado tanto para tirar la toalla, algo raro. Siempre se las ingeniaba para molestar a mis padres de alguna forma en la que ellos no pudieran hacer nada. Algo divertido, para mi gusto, pero horrible para mi madre.
   
   Sea como fuere.. no había conseguido mis respuestas. Bajé las escaleras hasta el piso de abajo, donde momentos antes mi padre había conversado con Ron. Allí, sobre el suelo de madera (Mi madre lo había elegido así) había una bola de papel. La cogí con disimulo, viendo como mi padre se desviaba hacia el salón. Un partido de fútbol a toda voz había conseguido abstraerlo del mundo real, de la misma forma que mi 'segunda habitación' conseguía hacerlo conmigo.
    
   Me fuí a la cocina, notando la losa fría y blanca en la planta de mis pies desnudos. Desdoblé la nota al mismo tiempo que cogía una de las manzanas del frutero. Tenía un hambre atroz después de estar toda la tarde encarcelada. Leí las lineas rápidas y titubeantes de la nota.

    "Esta noche a las 22:00, en la ventana de la habitación 'arcoiris'. ¿Capicci? - Ron."

     Pegué un mordisco a la manzana, verde y jugosa, poniendo los ojos en blanco. Sólo él la llamaría habitación 'arco iris'.

     ---¡Hola, cariño! --- Oí gritar a mi padre desde el salón.
   
   Estaba tan abstraída en la nota y en Ron que no había oído ni el coche ni a mi madre al llegar. Guardé la nota en el bolsillo trasero de mis pantalones cortos e hice como si no hubiera pasado nada.
   
   --- Hola, Thomas. --- Respondió Soffy, mi madre, con aquel tono dulce en la voz. Estaba cansada. Mejor, así no darían más rodeos para contarme lo que pasaba. ---..¿Dónde está Abby?.. ---Susurró. Fruncí el ceño. Bastantes secretitos llevabamos ya, ¿no?
   
   --- En la cocina.--- Respondió mi padre.
  
    Los tacones de mi madre hicieron un sonoro 'clap, clap, clap' al acercarse a la blanca sala.
   
   ---Buenas tardes..--- Sonrió. 
   
   Le devolví la mejor sonrisa que había esbozado esa tarde. Eso pareció relajarla.
   
   Mi padre se asomó tras ella, para sobrepasarla y sentarse en una de las sillas metálicas que había a mi lado, al rededos de la mesa.
   
   --- Está bien, empecemos.--- Comenzó.


domingo, 20 de mayo de 2012

Resumen y presentación de los personajes.

WKEDWHEDWEHDBE Muchas gracias por entrar y leer esta entrada, lo primero [Hay que ser educada e_e].

Todos os preguntaréis.. '¿Qué es lo que está intentando hacer esta chica aquí?' Bueno, la verdad.. no tengo ni idea. Nunca había pensado eso de hacerme un blog pero.. ¿Why not? e_e Aquí pondré los primeros capitulillos de lo que se me viene a la cabeza. No se aún como se llama la historia, me falta imaginación para eso, pero me sobre para otras cosas.. como no a_a Sea como sea, ahí va el resumen de la historia:

   Abelle, una pequeña chica normal y con miedo a la oscuridad, recibe una extraña noticia de sus padres: Ir a la mansión de su abuela, a la que hacía años que no veía, para pasar un par de semanas allí en su compañía. Al momento se alegra, pues su abuela, Violetta, es una de las personas a la que más quiere en este mundo, a parte de algunos de sus amigos. Después de un par de días allí se da cuenta de una cosa: Su abuela no está allí, y sus padres desean irse con urgencia. Algo le hace quedarse. Y ahí, en la gran mansión, se va descubriendo algunos de los secretos de su familia. Secretos que nunca habría imaginado, y no podía creer.

   ¿Qué? ¿Os interesa? Esperad a empezar a leerlo.. Y a que lo suba, claro (?) Sea como sea.. ¡Vamos a empezar con los personajes!

   ·Abelle Nouva: [16 años]
   ¿Hace falta decir que es la prota? No, ¿Verdad? Listos.. (?) e_e.. ¡Nuestra Abby es todo lo que una madre pudiera desear! Saca buenas notas, está bien educada, tiene talento para todo.. ¡Y encima, bien parecida! Aunque, en realidad, no es tan santa.. Pequeña, menuda y de dedos gráciles. Se pasa las tardes pintando las paredes de su segunda habitación en su casa de Trons, en Luxxed, en compañía de sus mejores amigos. Odia la oscuridad, se siente un poco distancida de todo el mundo.. Odia sus pecas, y su apariencia más pequeña de lo que es. Debora y ama los libros.. ¿Quieres saber más? ¡Pues a leer!
  



    · Alexandrah Verthil Knowest. [16 años]
    Es el alma gemela de Abelle. Tímida al principio, pero cuando se suelta.. es una máquina de hablar. Típico diccionario\calculadora humana; sabe todo lo posiblemente sabido. Cuando Abby la conoció, de pequeña, llevaba gafas.. Aún las sigue utilizando, pero suele quitárselas, ya que no le gusta como quedan. Suele escuchar un estilo de música rítmico y, para el gusto de Abby, un tanto comercial. Pero, ¿Qué más dará lo que escuche? Su sonrisa es preciosa. Una persona de verdad confiable.






      · Breadronth Gulliver Dinth. [17 años]
      Popularmente conocido como, simplemente, Ron. Dedica su vida, alma y pensamiento a molestar a nuestras dos amigas, pero aún más a Alex. ¿Porqué? Bueno.. ¿Recordáis el estilo rítmico y comercial que escucha Alex? Bueno.. A Ron le va más el metal, y es muy cariñoso con lo suyo. La suele llamar de Cani hasta pija.. Imagináos u_u Pegajoso hasta la médula, necesita tener la mano encima de alguien para sentirse cómodo, y ese es la principal  punto de 'jodición' extrema para Abby, ya que no le gusta demasiado el contacto.. Sea como sea, es el sex-bom de la clase de nuestras dos señoritas, aunque no esté en ella. Él estudia en un curso superior, en otra planta.. Pero adora escuchar las risas y los comentarios que deja a su paso, enchido de orgullo al despertar el interés de las féminas. Y, aunque le cueste admitirlo, adora a los niños y los animales. Su pelo pelirrojo y sus ojos oscuros llaman mucho la atención.

  
·Nïrell Gulliver Dinth: [16 años]
  Seh', habéis leído bien, amigos e___e Es la hermana pequeña de Ron, y una de las amigas de Abby. Nunca han llegado a intimar demasiado. Es decir, Abyy es mucho mejor amiga de Alex que de ella, Nïrell, pero la quiere tanto como a una hermana. ¿El porqué? Quizás, sea, o ayude, su apariencia. Es igual de bella que su hermano. Una apariencia más bien infantil, por su pequeño cuerpo [Más pequeño que el de Abelle, algo raro ._.] y su comportamiento tan cariños. Al igual que Ron, necesita estar abrazada, cogida de la mano, o tocando a alguien. Y, también compartiendo esa característica con su hermano, ese 'alguien' es Abby. La considera su hermana mayor como camino a seguir. Le gusta la música y tiene una bonita voz. También adora la botánica y las ciencias de la naturaleza, como asignatura.