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lunes, 21 de mayo de 2012

· Capítulo 1 : Buenas noticias.. ¿O no?

   

  Capítulo 1: Buenas noticias.. ¿O no?


   
   [ HIM - The funeral of hearts. ]
   [Yiruma - Rivers flows in you.]
   
  Hundí la brocha en el azul cielo que había en el cubo, mientras fruncía el ceño con todas mis fuerzas. Por más que quisiera arreglarlo y mostrarme tal y como mis padres querían, no podía ocultarlo. Me acababan de quitar la poca luz de que me quedaba en estos días tan oscuros.. Alexandra. ¿¡Cómo se atrevían?! ¡¿Qué había hecho yo para tener que soportar semejante dolor?! Cerré con fuerza los ojos y me concentré en mover la pintura dentro del bote blanco, ignorando a las sobras que se arremolinaban a dos metros escasos de mí, tras la cama.
     
   Llevaba metida dentro de mi 'segunda habitación' la friolera de 4 horas, desde que me enteré de la noticia: Hoy no podría recibir ninguna visita. Ni de Alex, ni de Ron, ni de Nïrell. 'Sola', había sido la palabra exacta que había utilizado mi padre para, Thomas Nouva, para acallar las quejas que se formaban en mi boca. 
   
   Sola. En la oscuridad. Por muchas pastillas que consiguieran meterme en el cuerpo sin causarme un coma, no podrían nunca hacerlas desaparecer. No lo hacían. Yo ya sabía eso de sobra, pero ellos no querían hacerme caso.
   
   Y, para colmo, los malos sentimientos las hacían acrecentar.. Sólo podía esperar. Esperar y calmar mi mal humor hasta que mi madre viniera. Solo eso, solo quedaban unos minutos.
  
     El motor de un coche.
  
     Abrí al momento los ojos y me asomé por la ventana, por la cual entraba un pequeño atisbo del atardecer, pero tapado por el denso follaje de los árboles del parque municipal. Teníamos la suerte (o la desgracia) de tener un bonito jardín comunitario de la ciudad hecho delante de nuestra casa.. 
   
   Pero eso no era lo que me interesaba ahora. Ahora, lo que me interesaba, era aquel coche que se acercaba con paso lento ha la curva de nuestra calle. Oscuro, la misma matrícula. Ron.
   
   Con una sonrisa enorme en los labios, la sombras retrocedieron varios centímetros contra la pared, y me dejaron paso libre para salir de aquella habitación en todo el día.
    
   Llegué justo a tiempo para oir el timbre. Mi padre ya estaba de camino a la entrada, seguramente pensando que era mi madre. Ron tendría que ingeniarselas bastante bien para que lo dejara entrar, y mi padre tendría que darle bastantes explicaciones para que lo dejara contento.
   
   ¿Explicaciones?
   
   Decidí quedarme al pie de las escaleras, escondida de la vista de mi padre tras un pequeño muro de color crema que iniciaba el pasillo. Necesitaba porqués, y Ron seguro que podía sonsacarle algunos a mi padre.
   
      Mi padre la puerta con un gran ímpetu. Pude ver como su sonrisa desaparecía al ver que el pelo greñudo y pelirrojo de Ron no era precisamente el de mi madre. Aguanté una pequeña risa.
    
   --- Buenos días, señor Nouva. --- La sonrisa de Ron, en cambio, era deslumbrante. 
   
   De no ser por su apariencia 'poco seria' y por aquellos tatuajes que tenía por el cuello, la espalda, y los brazos, sería bastante aceptable para el gusto de mi madre. Pero yo no era mi madre. Y de todas formas, no estaba interesada en nada romántico en él. 
   
   Aunque no puedo negar que es bastante bueno espantando a las sombras.. 
    
   --- Buenos días, Ron. Supongo que querrás ver a Abelle.. --- Comenzó mi padre, con voz ronca y los ojos claros clavados en los oscuros de Ron.
    
   ---Si no es molestia..
    
   ---Si, si es molestia.--- Le cortó escuetamente mi padre. Ron frunció el ceño. Hasta a mí, la hija predilecta, me parecía un poco bruco.--- Hoy Abelle no podrá recibir visitas. Por motivos personales, nada que te impor..
    
   ---¿Se encuentra mal? --- Esta vez, fué Ron el que lo cortó. Alzó la mirada hasta donde estaba mi habitación, en el pasillo de las escaleras.
   
   De camino se encontró con mi mirada, y el brillo de preocupación en sus ojos desapareció, para dejar algo parecido a la guasa. Sonreí, encongiéndome de hombros, y el alzó un poco la comisura de los labios.
    
   ---No. Es solo un asunto familiar. No te preocupes, Ron, le diré que has venido. --- Siguió mi padre, sin darse cuenta de nada.
   
   --- Eeeh.. No, no hace falta que le diga nada. --- Volvió a sonreir, cogiéndo uno de los cascos oscuros que le colgaban del cuello de la camisa y poniéndoselos en un oído. Al segundo, pude oír como una guitarra electrica salía con bastantes decibelios de aparato que no estaba pegado a su oreja.--- Si usted me dice que está bien me contento.. ¡Buenas noches!
   
   Subió la mirada al decir la despedida y yo sonreí como respuesta. Después desapareció tras la puerta. 
   
   Al parecer no había necesitado tanto para tirar la toalla, algo raro. Siempre se las ingeniaba para molestar a mis padres de alguna forma en la que ellos no pudieran hacer nada. Algo divertido, para mi gusto, pero horrible para mi madre.
   
   Sea como fuere.. no había conseguido mis respuestas. Bajé las escaleras hasta el piso de abajo, donde momentos antes mi padre había conversado con Ron. Allí, sobre el suelo de madera (Mi madre lo había elegido así) había una bola de papel. La cogí con disimulo, viendo como mi padre se desviaba hacia el salón. Un partido de fútbol a toda voz había conseguido abstraerlo del mundo real, de la misma forma que mi 'segunda habitación' conseguía hacerlo conmigo.
    
   Me fuí a la cocina, notando la losa fría y blanca en la planta de mis pies desnudos. Desdoblé la nota al mismo tiempo que cogía una de las manzanas del frutero. Tenía un hambre atroz después de estar toda la tarde encarcelada. Leí las lineas rápidas y titubeantes de la nota.

    "Esta noche a las 22:00, en la ventana de la habitación 'arcoiris'. ¿Capicci? - Ron."

     Pegué un mordisco a la manzana, verde y jugosa, poniendo los ojos en blanco. Sólo él la llamaría habitación 'arco iris'.

     ---¡Hola, cariño! --- Oí gritar a mi padre desde el salón.
   
   Estaba tan abstraída en la nota y en Ron que no había oído ni el coche ni a mi madre al llegar. Guardé la nota en el bolsillo trasero de mis pantalones cortos e hice como si no hubiera pasado nada.
   
   --- Hola, Thomas. --- Respondió Soffy, mi madre, con aquel tono dulce en la voz. Estaba cansada. Mejor, así no darían más rodeos para contarme lo que pasaba. ---..¿Dónde está Abby?.. ---Susurró. Fruncí el ceño. Bastantes secretitos llevabamos ya, ¿no?
   
   --- En la cocina.--- Respondió mi padre.
  
    Los tacones de mi madre hicieron un sonoro 'clap, clap, clap' al acercarse a la blanca sala.
   
   ---Buenas tardes..--- Sonrió. 
   
   Le devolví la mejor sonrisa que había esbozado esa tarde. Eso pareció relajarla.
   
   Mi padre se asomó tras ella, para sobrepasarla y sentarse en una de las sillas metálicas que había a mi lado, al rededos de la mesa.
   
   --- Está bien, empecemos.--- Comenzó.


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